La CNT se opone a cualquier limitación o restricción del derecho a huelga. Rechazamos el anuncio realizado por Rajoy de llevar a cabo una ley de servicios mínimos.
El grado de cinismo e hipocresía de los políticos insulta a la inteligencia, al hacernos creer que defienden el derecho a la libertad y al trabajo de la población implantando una ley de servicios mínimos, siendo ésta en realidad una excusa para controlar y limitar la huelga como herramienta de lucha de los trabajadores.
Al no poder soportar que un colectivo de trabajadores haya realizado una huelga indefinida, mediática y, sobre todo, con éxito en gran parte de sus reivindicaciones (la reciente huelga de limpieza de Madrid), y para evitar que se siga su ejemplo, nos vienen con esto, demostrándonos su verdadera intención: conseguir dejar sin efecto cualquier proceso huelguístico. Es una estrategia recurrente cada vez que los trabajadores deciden luchar por sus derechos, especialmente si ganan el conflicto o evitan que las pretensiones de la patronal se cumplan en su totalidad: de inmediato el gobierno, las organizaciones patronales y los medios de comunicación ponen en marcha un estudiado discurso basado en el "civismo" para criminalizar y tachar de anacrónica y antisocial la huelga. Tratan así de convencer a la población que es más importante su comodidad que la solidaridad con los trabajadores.
Dicen respetar el derecho de huelga, a la vez que sostienen que por nuestro bien como sociedad es necesario limitarlo. Dicho de otra manera, cercenan la mayor herramienta de lucha de los trabajadores con leyes represivas y cantos al civismo: el discurso democrático siempre al servicio de los de arriba.
La mayor prueba de su hipocresía son los servicios mínimos: nunca la administración (el Estado) es neutral. Repetidamente se fijan servicios mínimos abusivos (haciendo incluso que en un hospital en huelga haya más personal que un día normal de trabajo); de esta manera privan de facto a los trabajadores del derecho a huelga. Cuando estos servicios mínimos son recurridos ante los tribunales, la administración es reiteradamente condenada por imponer servicios mínimos ilegales y abusivos, pero el daño ya está hecho.
Los servicios mínimos deberían ser aplicados exclusivamente en los sectores básicos de atención a la población (servicios sociosanitarios, emergencias y poco más), y no para asegurar el funcionamiento de las empresas y para boicotear el éxito de las huelgas. Se fijan servicios mínimos hasta para la venta de pipas, por si quieres ver la huelga pasar por tu lado.
Si esta realidad se da sin una ley específica, ¿a dónde pretenden llegar ahora? La administración actúa de rompehuelgas y fomenta el esquirolaje organizado (empresas externas, policías y militares; hemos visto al gobierno militarizar trabajadores en huelga, pero no han aplicado el mismo rasero con la banca o la bolsa). Con esta nueva ley pretenden seguir haciendo lo mismo de forma "democrática".
Si a los sindicatos oficiales les queda algo de lo que su nombre indica, deberían rechazar de forma rotunda incluso la posibilidad de sentarse a hablar de este tema, y dejarse de tímidas declaraciones y de andar mendigando que se cuente con ellos.
En defensa de la huelga, en todas sus formas, la CNT se opondrá con toda su capacidad a que se despoje a los trabajadores de sus herramientas de lucha.
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